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Periódico Judío Independiente
Elegir nuestra respuesta
Por Lic. Adriana Serebrenik

“El reino de Dios no sobrevendrá de acuerdo con las expectativas. Nosotros lo producimos en nuestros corazones. El reino está aquí. La revelación Pascual está aquí mismo. No tenemos que esperar que pase algo”.
Joseph Campbell


Muchas personas esperan que algo externo pase o que alguien se haga cargo de ellas y son ellas mismas el problema. Lo más importante no es exactamente lo que nos pasa, sino cómo respondemos a ello. Y esta habilidad en la respuesta se basa en la libertad interior de elegir. Es la posibilidad de ejercer nuestro arte en el buen vivir. En un mundo cada vez más desencantado, el artista construye pacientemente otra realidad en la que va describiendo la hondura de una sombra, el brillo de un matiz y esa textura que desnudará el alma de las cosas. Vos y yo, amigo del alma ,podemos desplegar nuestro don de artista.
La vida es un proceso sabio en el cual no existe el azar. Lo que nos acontece tiene una razón de ser y un motivo... aunque muchas veces sea indescifrable. En cada problema que enfrentamos hay una enseñanza y una oportunidad de crecimiento. Las circunstancias difíciles suelen dar origen a cambios de paradigmas, a marcos de referencias o una perspectiva de la existencia totalmente nueva a través de los cuales vemos al mundo, a nosotros mismos y a los demás en forma muy distinta .Hay un antes y un después Esto permite ampliar nuestra visión , evolucionar espiritualmente y agudizar la percepción de los distintos ritmos de cambio. La fe es certidumbre, nos dice Erich From, de la posibilidad, pero no en el sentido de una predictibilidad indudable. El niño puede nacer muerto, la recesión económica puede durar años, parte de la familia puede emigrar. Esta es la paradoja de la fe: convertirse en la certidumbre de lo incierto. Certidumbre como visión y comprensión humana, no como resultado final de la realidad. La fe se basa en nuestra experiencia de vivir y de transformarnos. Actuar, tener iniciativa, poseer fe de caminar por el desierto y sentir la certidumbre de llegar a destino, nos permite elegir nuestra respuesta ante circunstancias complejas y además, nos da poder para crear las circunstancias. Significa reconocer nuestra responsabilidad de hacer que las cosas sucedan y no que nos sucedan. Y este es el mensaje divino. La actitud de Víctor Frankl es un testimonio de esa actitud.
UTOPIASY DESENCANTOS
Un día del año 1943, Víktor, desnudo y solo en una húmeda habitación destartalada, tomó conciencia de lo que es la “libertad última”, esa sensación que sus carceleros nazis no podían quitarle. Ellos podían controlar su ambiente, hacer lo que quisieran con su cuerpo, pero él, Víctor Frankl, encadenado en el campo de concentración Theresienstadt, era un ser auto-consciente, capaz de ver como observador su propia participación en los hechos. Su identidad básica estaba intacta. En su interior, él podía decidir de qué modo podía afectarle lo que estaba viviendo. Entre lo que sucedía y la respuesta, estaba su libertad: su pequeño-gran poder: elegir su respuesta. En medio de la terrible experiencia de desgarro humano, Víktor se veía a sí mismo, escribe en sus libros de sobreviviente, dando conferencias después de haber sido liberado del campo de concentración. En el aula imaginaria, frente a sus alumnos se auto-describiría y expondría qué había aprendido del ser durante su tortura. A través de disciplinas mentales, emocionales, éticas, usando la memoria y la imaginación ejerció, nuestro admirado psiquiatra, su pequeña y embrionaria libertad. Los nazis tenían más libertad exterior, muchas opciones entre las cuales poder elegir su ambiente. Víctor tenía libertad interior: poder interno para ejercitar sus opciones. Hoy podemos elegir con libertad interna, usando disciplinas mentales, emocionales y éticas. Depende únicamente de nosotros: resignarnos, deprimirnos y contagiarnos del estado anímico general que se cuela en la calle, silba en el subte y se disipa a través de la cibernética en todo el universo como avispas dispuestas a atravesarnos o elegir la acción en el poder. Respirar aliento de luz divina condensada en nuestro presente y cultivar el arco iris de la bienaventuranza, de los buenos afectos, apreciando lo que sí tenemos.

LA LIBERTAD INTERIOR DE ELEGIR
Entre las más degradantes circunstancias inimaginables, Frankl, usó el privilegio humano: la autoconciencia, que es el darse cuenta de que entre las cosas que nos pasan y la respuesta, podemos ejercer uno de nuestros regalos divinos: poseer la libertad interior de elegir. Gandhi dijo: “Ellos no pueden quitarnos nuestro auto-rrespeto, si nosotros no se lo damos”.
Además de la auto-percepción, poseemos como humanos la imaginación (es decir, la capacidad de visualizar creativamente lo que deseamos más allá de la realidad presente), la conciencia ética (una profunda percepción interior de lo que es correcto, y de cuán armónicos estamos viviendo con los principios que gobiernan la plenitud de la vida) y la voluntad independiente (que engloba la capacidad para actuar sobre la base de nuestra autoconciencia, libres de cualquier otra influencia).
Al ejercer la libertad interior de elegir, Víctor Frankl ejerció la estrategia básica para diseñar conductas frente a situaciones de profunda crisis. Este comportamiento es la iniciativa. Significa hacernos responsables de nuestras vidas. Nuestra conducta es consecuencia de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. Priorizar los valores, subordinar los sentimientos y hacer que las cosas sucedan.
La palabra responsabilidad alude a los vocablos respuesta y habilidad (para elegir la respuesta). Lo que hiere o daña no es lo que sucede, sino nuestra respuesta a lo que acontece. Frankl es uno de los muchos de nuestro humanidad que pudo desarrollar su libertad personal en circunstancias difíciles, para animar o inspirar a otros. Al convertirse en un ejemplo para quienes lo rodeaban, ayudó a encontrar un sentido al sufrimiento y dignidad en la existencia de los prisioneros.
EL AUTODOMINIO
Hay tres principios fundamentales en la vida que enseña este gran Maestro existencial: las experiencias, es decir las cosas que nos suceden, lo que vinimos a dejar de nosotros mismos en este universo físico y el actitudinal, nuestra respuesta ante situaciones difíciles.
NOSTALGIA DE LO ABSOLUTO
Un día en el año 1943, Víktor Frankl, desnudo y solo en una habitación húmeda y destartalada nos enseñó que la clave para resolver los conflictos es saber actuar sobre ellos. Elegir la respuesta, examinar alternativas, optar por un enfoque novedoso,controlar sentimientos, dominar impulsos, elegir, preferir... ejercer la libertad interna que Dios nos concedió al sacarnos de Egipto. Entre lo que sucede y la respuesta, vos y yo, amigo del alma, tenemos la libertad: nuestro pequeño gran poder de elegir la respuesta. No olvidemos las enseñanzas de Lao Tse: “Cuando lo externo está controlado por el centro, podemos gobernar lo externo. La felicidad nada tiene que ver con la riqueza y la condición social sino que es un asunto de armonía interna”.

Número 458
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