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07-10-2011

Iom Kipur. Con la salida de la primera estrella comienza esta noche el Día del Perdón
AJN

Esta ceremonia, que se conmemora ocho días después de Rosh Hashaná (Año Nuevo Judío), es el día de la expiación, del juicio Divino y de aflicción personal (Lev. 23:26-32), de modo que el individuo pueda ser purificado de sus pecados. Es el único día de ayuno decretado en la Biblia, es el momento para que uno enumere sus malas acciones y reflexione sobre las faltas cometidas. El nivel de solemnidad pública en Iom Kipur sobrepasa el de cualquier otra festividad.

El mundo judío se prepara para recibir el próximo 8 de octubre Iom Kipur, que es el día del perdón, del arrepentimiento, considerado el día más santo y más solemne del calendario judío.
Esta ceremonia, que se conmemora ocho días después de Rosh Hashaná (Año Nuevo Judío), es el día de la expiación, del juicio Divino y de "aflicción personal" (Lev. 23:26-32), de modo que el individuo pueda ser purificado de sus pecados. Es el único día de ayuno decretado en la Biblia, es el momento para que uno enumere sus malas acciones y reflexione sobre las faltas cometidas.
El ayuno empieza en el ocaso del día y termina al anochecer del día siguiente. Los servicios de oración de Iom Kipur comienzan con la oración conocida como «Kol Nidre», que debe ser recitada antes de la puesta del sol.

Durante esta jornada de reflexión se espera que el judío ore por el perdón de los pecados entre el hombre y Dios, y corrija sus acciones erradas y pecados entre el hombre y su prójimo. Los principales preceptos de Iom Kipur -prolongados servicios religiosos y un ayuno de 25 horas- son observados incluso para muchos laicos.

El nivel de solemnidad pública en Iom Kipur sobrepasa el de cualquier otra festividad, incluyendo Rosh Hashaná. Las actividades se detienen por completo durante 25 horas en ese día; en Israel los lugares de entretenimiento están cerrados, no hay transmisiones de radio ni de televisión, ni siquiera noticias; se suspende el transporte público e incluso las carreteras están completamente vacías.

Esto se refuerza en Israel con el recuerdo de la guerra de 1973, un ataque sorpresivo lanzado en Yom Kipur por Egipto y Siria contra Israel.

Más allá de los datos históricos, el Día del Perdón tiene un poder especial, ya que “se arrepienta uno o no se arrepienta, Iom Kipur expía. Para citar a Rambam, “la esencia del día expía”.
La expiación no es simplemente evitar el castigo, sino purificar el alma –“’kapara’ es una expresión de ‘restregar,’ sacar restregando el sucio del pecado”. La “esencia del día” logra dos cosas: cancelación del castigo y remoción de las “manchas” y la “suciedad”, de acuerdo a lo explicado por los religiosos.

En resumen, Iom Kipur tiene el poder de purificar (aún si presumiblemente esto requiere arrepentimiento) porque entonces se revela el vínculo entre la esencia del alma y la esencia de Dios.
Este vínculo no es creado por el servicio humano, sino que existe naturalmente: la esencia del alma es literalmente parte de Dios, lo que “Cuelga de ti y se te une... el único pueblo que afirma Tu unicidad”. Al igual que este vínculo no es formado por el servicio humano, así también no es debilitada ni manchada por el pecado.

Claramente, entonces, cuando el vínculo entre Dios y el pueblo judío se revela, todas las “manchas” son anuladas automáticamente, ya que en esos niveles manchados por el pecado, la expiación requiere arrepentimiento, lo que anula todo lo que se oponga a la unión con la Divinidad. La expiación de Iom Kipur, sin embargo, es lograda revelando el nivel del alma que el pecado no puede afectar ni dañar, para empezar. (Likutei Sijot, vol. 4, p. 1149)
Está claro que el Día del Perdón es el día en que se logra el nivel máximo de unión con Dios, cuando se revela el nivel de mayor espiritualidad del alma judía, la que recibe el nombre de “Iejidá".
“A pesar de su solemnidad, es uno de los días más felices del año, porque en este día recibimos el regalo más sublime de Dios, Su perdón. Cuando una persona perdona a otra, es por un profundo sentido de amistad y amor que anula y sobrepasa el efecto del mal que se haya hecho”, explicaron los religiosos.

Asimismo, la indulgencia otorgada por Dios es la expresión de su amor incondicional y eterno para con nosotros. “Aún cuando se haya transgredido Su voluntad, nuestra esencia -el alma- permanece pura y sagrada”.

“Iom Kipur es el único día del año en que Dios revela que nuestra esencia y la de Él es la misma, pues en ese nivel, el pueblo judío es indivisible, y todos sus integrantes son realmente iguales. En la medida que demostremos nuestra unión esencial, al actuar con amor y amistad, se revelará con mayor intensidad el amor de Dios hacia nosotros”, indicaron.

En Iom Kipur cada persona puede y debe sentirse en la atmósfera especial de la Shejiná o Presencia Divina. Es por esa razón que en esta ceremonia se ayuna.

Comer expresa la conexión con lo terrenal, se consumen cosas que provienen de la tierra y se convierten en parte de nuestro propio cuerpo. En Iom Kipur, la persona está liberada de esta limitación. Se entra en un ámbito espiritual de eternidad e iluminación.

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