La Voz Judía


La Voz Judía
Entendiendo el holocausto
Por Rab. Yitzchak Berkowitz

Un pilar central de la creencia Judía es que nada ocurre en vano. La historia tiene un sentido, la opresión tiene un sentido, el sufrimiento tiene un sentido. Somos un pueblo cuya esencia es el sentido. Esto es la representación de lo que somos y lo que representamos como nación.

Si esto es así - y el pueblo Judío ha luchado para preservar esta verdad durante 3,300 años - entonces, el Holocausto debe tener un significado también. Por debajo del sufrimiento y el dolor del Holocausto están las semillas de entender nuestra misión única como Judíos el día de hoy.

Esto no sugiere que una explicación va a satisfacernos plenamente y llegaremos a entender y aceptar la persecución y el asesinato de millones de personas inocentes.
Sin embargo, esto sí significa que debemos tratar de lidiar con el Holocausto en distintos niveles. Puesto que con cada víctima un mundo entero fue destruido, con cada sobreviviente una nueva lección debe ser aprendida. Con este enfoque, el significado del holocausto es tan variado como el corazón humano.

Pero también debemos lidiar con el Holocausto desde una perspectiva más amplia, una perspectiva que incluye la historia del pueblo Judío - puesto que el holocausto es la historia del pueblo Judío0 bajo sitio. Fue una guerra para destruir al pueblo Judío y al mensaje que hemos tratado de traer a la humanidad.

El Pueblo Elegido
“Serán para Mí un reino de sacerdotes y una nación santa”. Estas son las palabras que describen el pacto tan especial con D’os. Hemos sido escogidos para ser una luz entre las naciones, un pueblo eterno que trae un mensaje moral de D’os: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”... “Justicia, Justicia, perseguirás”... “No aflijas a la viuda y al huérfano”. “Ninguna nación levantará espada contra otra nación, ni aprenderán más acerca de la guerra”.

Ser escogido significa que eres diferente. Tus leyes son diferentes, tus caminos son diferentes, tu historia es diferente. Ser escogido significa agarrase a aquel mensaje a través de las cimas y valles de la historia durante todas las generaciones. Significa vivir por la verdad de ese mensaje y morir por la verdad de ese mensaje. Significa atenernos a un standard más elevado en la forma que pensamos, que hablamos, que actuamos, que vestimos, que comemos.

Significa honrar a nuestro Creador mediante nuestro comportamiento tanto públicamente como en la privacidad de nuestro hogar - en la manera cómo criamos a nuestros hijos y cuidamos a nuestros ancianos. En las leyes que vivimos y los valores que tratamos de impartir a la gente - y a las naciones - a nuestro alrededor.

Un Mundo en Contra Nuestro
El antisemitismo nació con el nacimiento del pueblo Judío. Después de todo, puede ser por demás irritante estar confrontado con la voz de la conciencia humana cuando tú tienes otros planes y deseos. Es una de las no tan sutiles ironías del lenguaje Hebreo la que nos muestra que la palabra Sinai está íntimamente relacionada a la palabra sina - odio.

Pero la esencia del antisemitismo va mucho más allá de los Judíos y su moralidad, pues ésta pertenece al camino de la ambición de conquistar a la humanidad. El antisemitismo es parte de nuestro destino como Judíos. Es parte y parcela de nuestro convenio con D’os. Es el único mecanismo en la psiquis colectiva humana que nunca nos permite olvidarnos de que somos Judíos, nunca nos permite olvidarnos de que somos diferentes, y nunca nos permite olvidarnos de que tenemos un mensaje para la humanidad.

Uno de los puntos clave en el seder de Pesaj, alegremente testifica este fenómeno único en la historia. Con un vaso de vino levantado, declaramos que en cada generación las naciones del mundo se levantan en contra de nosotros, y nos tratan de exterminar junto con el mensaje que llevamos - pero no hay que asustarse. El pueblo Judío es eterno y su mensaje es eterno(8).

Cuando el pueblo Judío vive a la altura de su potencial es una luz para las naciones, la moral mundial es incrementada(9). Las naciones del mundo van a ver la belleza de los valores Judíos y nos van a alabar y querrán emular nuestros caminos(10).
En aquellos momentos, el antisemitismo puede seguir asomando su cabeza, pero ningún poder en el mundo podrá dañarnos. Y el mismo Todopoderoso volteará el cielo y la tierra para atestiguar esta increíble verdad.

Pero si esa luz está carente, entonces la moral mundial rápidamente decae. Y es sólo una cuestión de tiempo antes de que los Judíos sean vistos como aquel recordatorio irritante de una moral restrictiva y anticuada, como un enemigo del “nuevo orden mundial” - el cual no quiere tener nada que ver con el pueblo Judío y su D’os.

Aquellos tiempos son los tiempos de las tragedias nacionales. En lugar de protección milagrosa que alguna vez tuvo el pueblo, estamos vulnerables a los caprichos más crueles de la humanidad. Asustados, perseguidos, matados en millones, simplemente por ser Judíos.

Aquellos tiempos son tiempos de gran sufrimiento, pero no de sufrimiento en vano. La naturaleza de nuestro convenio significa que inclusive cuando estamos sometidos a la inimaginable crueldad del holocausto, el mensaje sigue siendo el mismo: Debe haber un mejor camino. La humanidad debe ser enseñada a elevarse de sus propias instintos. De esa forma, el sufrimiento mismo se convierte en la fuente del mensaje Judío al mundo.

Las Lecciones del Holocausto
¿Dónde estaba D’os en el Holocausto? Como pueblo, declaramos que D’os estaba ahí - rogándonos que prestemos atención y que nunca olvidemos cuánto trabajo falta por hacer en este mundo.

Después del Holocausto, ¿hay acaso algún Judío que hubiera preferido haber nacido Nazi en lugar de Judío? Después del Holocausto, ¿hay algún Judío en la tierra que no vea la necesidad de una nación de maestros? ¿Quién más puede ayudar a la humanidad a elevarse sobre su potencial de crueldad sino los Judíos?

Más que nada, el Holocausto fue una llamada clara al Pueblo Judío: Recuerda tu convenio, sé una luz para las naciones. Enséñale al mundo lo que significa el regalo de la vida, lo que significa ser creado a imagen de D’os, lo que significa vivir de acuerdo a los valores de justicia y piedad, lo que significa ser una nación dedicada a esas metas.

 

La tribuna Judía 34

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