La Voz Judía


La Voz Judía
¿Cuánto es demasíado?
Por Rabino Daniel Oppenheimer

Estamos por llegar a Pesaj. Cada cual está limpiando su casa, en especial su cocina. La friega de punta a punta y luego la cubre en donde va a apoyar los comestibles y la vajilla de Pesaj para que no “se contamine”.
Las costumbres de las precauciones que se toman para Pesaj son tan diversas como las distintas procedencias de las cuales vienen los judíos. Los Ashkenasim en general, y también algunos Sefaradim, se abstienen de comer legumbres, y todos su derivados, durante todo Pesaj, por si se mezclara algún grano de cereal entre las legumbres y porque de las dos se puede hacer harina que puede ser similar. Los que sí comen arroz, revisan el arroz tres veces, grano por grano, para tener la certeza de que esté limpio. Los judíos de muchos lugares de Alemania no comían pollo durante Pesaj, por si no se limpiara bien. Los jasidim se abstienen de mojar la Matzá y, por lo tanto, no usan la harina de Matzá hasta el último día, por si quedara un grumo de harina sin mezclarse bien en el amasado de las Matzot, que luego se puede llegar a disolver en la sopa. Aquellos jasidim de Lubavich que siguen escrupulosamente las opiniones del “Shuljan Aruj HaRav” no usan aceite, ni azúcar ni harina de Matzá. En Ierushalaim conocí gente que poseía un tanque en el cual almacenaba todo el agua que iba a beber durante la totalidad de la fiesta de Pesaj para que, si hubiese una partícula de Jametz, quedara anulada antes de Pesaj. Hay aun otros, que no consumen frutas o verduras que no sea posible pelarlas...
Estos son únicamente algunos de los ejemplos de lo que los judíos piadosos de las distintas generaciones eligieron tomar como precaución para no incurrir en la violación de Jametz en Pesaj. (Pensar sólo que cuando se decidieron estas cosas, aun no existían todos los electrodomésticos que nos facilitan la vida hoy en día...).
Uno contempla todo esto y se pregunta: “¿No será demasiado?” “¿Es esto lo que se espera de nosotros?”
Evidentemente no estamos refiriéndonos únicamente a las leyes de Pesaj, pues los judíos que queremos observar la ley de la Torá, tenemos, más allá de la ley, no solamente “Guezerot” (decretos rabínicos), sino también “Jumrot” (la posibilidad de tomar el camino más estricto de la ley, en caso de diferencia de opiniones entre las autoridades) en todas las áreas de la Torá, al margen del propio Pesaj. ¿Es positivo esto? y...¿cuál es el límite?
Creo que lo primero que deberíamos analizar es la actitud hacia la observancia de la ley que sostiene esta forma de observancia. Como en otras cosas de la vida, hay cuestiones en las cuales una persona quiere hacerlas “lo mejor posible” y hay aquellos que en mismo caso hacen lo mínimo necesario para “zafar”. La ideología del “zafar”, está muy difundida, por ejemplo, entre muchos alumnos que van desganados a la escuela y que se apoyan en la “ley del menor esfuerzo”, cuando deben estudiar para una prueba o presentar un trabajo. Seguramente, el no entender la utilidad de para qué sirve lo que se está haciendo ayuda a intensificar esta clase de actitud. Cuando una persona está invitado a una fiesta, puede asistir y llevar un obsequio mínimo para “darse por cumplido” con el otro, o bien, puede alegrarse con el homenajeado y tratar de mostrar su alegría y afecto comprándole algo que al otro le va a hacer sentir que uno realmente lo quiere (en lugar de obsequiarle algo que le sobraba en su casa). En realidad cumple si se lo entrega así no más, pero demuestra aun más su cariño y simpatía al envolver el presente en un hermoso envoltorio y colocarle una cinta adecuada. Aun más expresa su apego y estima, si suma una tarjeta personalizada y le escribe sobre ella una palabras que manifiesten aquel amor. Si se preocupa por entregar el regalo personalmente en el momento más adecuado, acompañado por una sonrisa, un abrazo y un beso, entonces demuestra que quien lo recibe es muy, muy especial para él.
No es muy distinto en el cumplimiento de la ley de la Torá. En la “Jumrá”, el judío demuestra su actitud hacia la observancia en si. El versículo de Kohelet 7:18 (Eclesiastés) que avala esta forma de ser reza de la siguiente manera: “y el temeroso de D”s cumplirá con todos”, de lo cual se desprende que es meritorio estar seguro de haber hecho las cosas bien (como dirían en inglés “to be on the safe side”). Por lo tanto, en la Halajá (código de ley judía) se expresa muchas veces que quienes quieren ser escrupulosos, se exijan en uno u otro tema. En las relaciones entre las personas, es positivo que una persona cumpla a su vez con el versículo “y harás lo que es recto y bueno”, de lo cual se aprende que uno proceda en caso de duda en cuestiones monetarias “lifnim mishurat hadín”, más allá de lo que la ley exige. El Talmud habla bien de aquel que no consume un alimento que fue cuestionado, aun cuando fuese decidido que por la ley estuviese permitido.
Lo cual no quiere decir que uno deba estar buscando todas las “Jumrot” posibles. El Talmud (Eruvin) habla de aquellos que, por un lado, buscan la opinión más fácil en todas las discusiones entre las escuelas de Bet Hillel y Bet Shammai, al cual denomina “malvado”, y, por el otro, a aquel que intenta auto-exigirse en toda vía posible, al cual denomina “necio” (pues es muy factible que ser severo en cierto tema, lleve a la persona a ser anuente o permisivo, más allá que lo que permite el mínimo de ley, en otro tema).
Los Sabios nos advierten entonces en no incurrir de hacer una “jumrá hameviá lidé kulá”, que es lo que acabamos de explicar. Obviamente, que quien no sabe bien las leyes, no sabrá discriminar entre lo que es ley y lo que es una “jumrá”. Por lo cual, es imprescindible, tener un guía o maestro que le enseñe a hacer las cosas en forma ordenada y lógica. Mucha gente que desconoce la ley, puede pensar que algo sea una “jumrá” porque en su ignorancia de los libros le parece una exageración, cuando en realidad sea una estricta exigencia de la ley. Eso es cosa corriente.
Al mismo tiempo, dado que cumplir con una “jumrá” es resultado del amor por la palabra de D”s y del entusiasmo y alegría de la observancia en si, no se debe imponer “jumrot” a parientes u otras personas que no están espiritualmente preparadas para asumir su cumplimiento. Hacer “jumrot” de mala gana tiene más de negativo que de positivo.
Volviendo a lo que comenzamos. ¿Existe el “demasiado”? El amor por D”s no tiene barreras. Tampoco existe más “bien” que el “bien” definido por Él mismo. En ese sentido, nuestros ancestros se auto-exigieron para demostrar su amor por la ley especialmente en esta fiesta de Pesaj en la cual celebramos aquel primer amor que hubo entre D”s y su pueblo (“jesed neuraij”), que Lo siguió al desierto con esposas y niños para unirse mediante la Torá en el Monte Sinaí.
No es casual, entonces, que de todas las festividades judías, sea precisamente Pesaj aquella en la que más exigencias auto-impuestas tengamos. Pues en esta ocasión, en la que volvemos a comenzar nuestro romance e idilio con el Todopoderoso – al igual que lo hicieron nuestros padres hace tantos años – es apropiado que no solo hagamos lo mínimo necesario para cumplir con nuestra obligación, sino que demostremos claramente con hechos categóricos que tenemos fe, que realmente amamos a D”s y que queremos darle lo mejor de nosotros.

 

Nro 365 Adar II del 5765 / Abril de 2005

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