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Rosh Hashaná es un período en que, nosotros, como Comunidad, celebramos el Año Nuevo y, también, reflexionamos sobre la situación del Estado de Israel y el Pueblo Judío.
En el transcurso de este último año, acontecimientos dramáticos tuvieron lugar en nuestra región. Ante la ausencia de un interlocutor genuino para la paz, Israel inició un doloroso - pero necesario- proceso de desconexión de los palestinos. Este paso, significativo, recibió reconocimiento por parte de toda la comunidad internacional y facilitó los contactos, abiertos y transparentes, con el mundo árabe y musulmán. Abrigamos la esperanza que este camino pueda crear nuevas oportunidades para un futuro mejor en toda la región y facilitar, también, el regreso al proceso de paz entre Israel y los palestinos.
No obstante, para que esto pueda ocurrir, los palestinos deben comprender las posibilidades y aprovechar esta oportunidad. El terror - contra los ciudadanos de Israel- debe concluir y llevarse a cabo pasos concretos, a fin de asegurar de que se trata de la historia de diálogo y de un gobierno responsable que prevalece sobre aquel otro, del terror y el odio.
Frente a estos desafíos, el enorme apoyo hacia Israel, desde las comunidades judías de todo el mundo, nos fortalece y permite caminar hacia un futuro mejor.
Elogiamos a las comunidades judías de todo el mundo por su dedicación a la preservación de la identidad judía y por su apoyo hacia nuestro país. De esta manera, aseguran la supervivencia espiritual y física del mundo judío. El Estado de Israel se encuentra, junto a las comunidades judías, en plenitud, en los logros y dispuesta a enfrentar y resolver los desafíos.
El recrudecimiento del antisemitismo es un reto necesario de enfrentar. Está creciendo en el corazón de Europa y en otros lugares del mundo y, los actos de antisemitismo, nuevamente, ponen en peligro la libertad de las comunidades judías. Israel afrontará cualquier manifestación, de esta forma de odio, y la combatirá. Israel junto con otros países de ideas afines están, por primera vez en la historia, promoviendo una resolución, en la Asamblea General de Naciones Unidas, destinada a la Recordación del Holocausto. Esta resolución fue presentada y, en las próximas semanas, será debatida.
Un elemento clave para enfrentar las amenazas externas es, ante todo, consolidar nuestra fuerza y unidad interna; asegurar la educación judía para todas las edades, preservar la herencia y las tradiciones judías y mantener los fuertes lazos con Israel son elementos claves en esta misión. Cuanto más fuerte sea este tejido, más nos fortaleceremos como pueblo y nación.
Debemos aportar lo mejor de nosotros para consolidar la unión entre los judíos de la Diáspora y el centro judío más grande del mundo, el Estado de Israel. Como parte de esto, al recibir este Año Nuevo Judío, debemos comprometernos a incrementar nuestros contactos, a través de mutuas visitas y programas conjuntos.
Al iniciar el año 5766, Israel se encuentra fuerte y próspero. Estamos llenos de esperanza. Nuestro optimismo y fuerza espiritual se sustenta en nuestra confianza en vuestro apoyo.
En nuestras plegarias de Rosh Hashaná, rezamos por el fortalecimiento de Israel, por la unidad judía y la preservación espiritual y física de todos nosotros, como individuos y como Nación. Que todas las plegarias de las comunidades judías alrededor del mundo se hagan realidad, tanto a nivel individual como nacional y que, el próximo año, sea de salud, paz verdadera y logros para todos nosotros.
Con las bendiciones de un Feliz y Dulce Año Nuevo,
Silvan Shalom
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