El pasado 20-06 comenzó la “5º Campaña Nacional de Recaudación de Medicamentos” de la Fundación Tzedaká que tiene como objetivo recaudar la mayor cantidad de donaciones para poder ayudar a más de 3600 beneficiarios, más de 50 centros comunitarios, y más de 10 hospitales y ONG en todo el país.
Betina Rosental, directora de salud de la Fundación, dialogó con Comunidades acerca de la campaña, la necesidad de ayuda, los objetivos de la misma y la difícil tarea asistencial en medio de una fuerte crisis económica y social.
Por Luciano Stilman, especial para Comunidades
- ¿Cómo es la campaña de recaudación de medicamentos y cuáles son los objetivos?
La Campaña es un evento anual que hace la Fundación Tzedaká. Este año se lleva a cabo entre el 20 y 28-6 y tiene por objetivo recaudar medicamentos y concientizar a todo el país que nos ayude. La Fundación tiene un banco de medicamentos que provee medicamentos mensualmente y en forma gratuita para enfermedades crónicas a 3600 miembros de la comunidad en todo el país que no tienen acceso a los mismos.
- ¿A quiénes va destinada la ayuda conseguida?
A más de 3600 beneficiarios que necesitan recibir mensualmente esa medicación, le damos cobertura a 192 ancianos del nuevo hogar “LeDor VaDor”, y a hospitales y ONG de todo el país necesitan recibir ayuda. Estamos en un contexto de empobrecimiento, de crisis, y familias que habían logrado su auto-sustento vuelven a necesitar asistencia nuestra.
- ¿Cómo surge la idea de esta campaña?
La campaña surge cuando nos enteramos del retiro gradual de uno de los aportantes internacionales que teníamos, que era uno de los que sostenía el programa de medicamentos de Tzedaká, y avisa su retiro gradual en 5 años. Entonces dijimos ¿cómo hacemos para sustituir esto, para localmente poder conseguir los medicamentos o plata para comprarlos? Entonces salió la idea de una campaña de comprometer a todo un país que la salud de tanta gente no es sólo una responsabilidad de Tzedaká, sino que tiene que ser una responsabilidad colectiva. Difundimos la campaña, viajamos por el Interior y hacemos mucho material de apoyo. También llega a distintas instituciones y moviliza a la gente de los clubes que hacen actividades para recaudar plata o medicamentos. Logramos movilizar a un país para que diseñe la campaña en su propia institución que es la que conoce y de la mejor manera posible para recaudar. Que llegue a los médicos, a los dueños de laboratorios, de farmacias, que haya actividades para concientizar y que la gente done medicamentos.
- ¿Quiénes más participan?
Participan los chicos de las escuelas de una manera espectacular, que diría, es doble: por un lado, la escuela conoce la problemática, se acerca al banco de medicamentos, se entera que hay personas y hospitales que necesitan nuestra ayuda. Entonces salen a recaudar en su propia escuela, llegan a sus padres, a sus familiares. Por otro lado, trabajamos con unas postales en las cuales los chicos les hacen llegar su mensaje al beneficiario, con un dibujo, una frase. Así la ayuda es doble: la gente no sólo recibe mensualmente su bolsa con medicamentos, sino que también va un mensaje de los alumnos de los colegios para decirles que no están solos.
- ¿Qué grado de adhesión hay?
En la primera campaña juntamos medicamentos valorizados en 264.172 pesos, en la cuarta, la del año pasado, recaudamos 1.086.000 en medicamentos. Esto muestra como va creciendo año a año, como se va comprometiendo la gente que está tranquila porque la ayuda llega a quien la necesita. Este año salimos con una campaña muy fuerte para médicos, para tratar de conseguir esos medicamentos que nos piden y no los obtenemos nunca por donación. Ahora enviamos un mensaje especial para médicos, como una sub campaña, con un listado donde dice cuál es la ayuda que más necesitamos.
- ¿Cuáles son esos medicamentos?
Son medicamentos para diferentes patologías: hipertensión, epilepsia, diabetes, asma, parkinson y glaucomas.
- ¿Cómo es el trabajo post campaña?
El trabajo es intensísimo. Hay un grupo de voluntarios que trabaja en el banco de medicamentos que clasifican y controlan todas las donaciones. Allí trabajan 8 profesionales farmacéuticos con los envíos y las recetas médicas para que después la gente reciba la donación. Se clasifican todos los medicamentos por stock, fecha de vencimiento, se descarta todo aquello que está vencido, y en agosto hay una jornada en la cual se invita a los alumnos de los colegios, donantes, beneficiarios, médicos, a que vengan a ayudar a trabajar en la clasificación.
- Con todos los problemas económicos y de crisis social, en el último tiempo ¿recibieron más peticiones de ayuda?
En este contexto de crisis pasan dos cosas: familias que habían dejado de ser beneficiarias de la red social de asistencia comunitaria vuelven a pedir ayuda y se están acercando nuevas familias, no sólo por medicamentos, pero está dentro de lo que piden.
- ¿Cómo lo intentan manejar?
Cualquier persona que viene para pedir medicación lo hace a través de alguno de los centros de la Fundación Tzedaká o a alguno de los centros asistenciales que hay en el país, donde un trabajador social evalúa que la persona que está pidiendo realmente está bajo la línea de pobreza y necesita recibir la ayuda. Si esto se cumple, al banco de medicamentos llega la receta de la patología crónica que tiene, y el grupo de farmacéuticos prepara la medicación. Cuando es pedido de hospitales públicos, centros de salud y otras ONG, llega en forma directa de un director médico del hospital y enviamos lo que pide: analgésicos, antibióticos y eso va directo al director del hospital.
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