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Periódico Judío Independiente
Astrología y judaísmo
¿ VERDAD, SUPERCHERIA O CIENCIA ?

Por Alan Benchoan, especial para Comunidades

La astrología, según la RAE (Real Academia Española), es el estudio de la posición y del movimiento de los astros, a través de cuya interpretación y observación se pretende conocer y predecir el destino de los hombres y pronosticar los sucesos terrestres.

Otra definición puede ser, un conjunto de creencias que pretende conocer y predecir el destino de las personas, y con ese conocimiento pronosticar los sucesos futuros. Supone el llegar a ese conocimiento mediante la observación de la posición y el movimiento de los astros.

El origen de la astrología data de la Mesopotamia hace más de 5.000 años y los historiadores que sostienen dicha teoría, se basan en los testimonios más antiguos que se conocen referidos a la biblioteca del rey del pueblo asirio Asurbanipal, (668-625 a.e.c.), quien poseyó manuscritos de astrología de procedencia egipcia, para esa fecha.

Para ese entonces, la astrología, se dedicaba al estudio de vaticinios astrales, agrupados en cuatro categorías: luna, sol, planetas y fenómenos meteorológicos.

La astrología, se puede dividir en dos sistemas. El sistema occidental y el no occidental. En el primero, el destino de cada ser humano se ve afectado por los astros, en el lugar y momento de nacimiento. En el otro, se trabaja con técnicas alternativas al sistema occidental.

Dentro de la astrología no occidental podemos encontrar, por ejemplo, la astrología hindú, basada en el texto sánscrito Jyotir Veda. Los hindúes usan como referencia las estrellas físicas.

Otra astrología no occidental es la china. La importancia recae sobre el año de nacimiento, asignando a cada año un signo. Estos son: Dragón, perro, caballo, ratón, cerdo, mono, cabra, gallo, tigre, buey, serpiente y conejo.

Cuando hablamos de la astrología occidental encontramos los signos zodiacales. La RAE, describe al zodíaco como zona o faja celeste por el centro de la cual pasa la Eclíptica. Cada signo tiene de 16 a 18 grados de ancho total; indica el espacio en que se contienen los planetas que solo se apartan de la Eclíptica unos 8 grados. La definición se completa diciendo que son doce los signos, casas o constelaciones que recorre el Sol en su curso anual aparente. Estos son: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.

La primera constelación es Aries y su periodo es del 20 de marzo al 20 de abril. Luego es el turno de Tauro, y su ciclo recorre desde el 21 de abril al 20 de mayo. Y así sucesivamente hasta llegar al signo de Piscis, que corresponde a los nacidos entre el 19 de febrero y el 20 de marzo.

La primera pregunta que surge de este ordenamiento es: ¿Por qué el calendario gregoriano comienza en enero y el zodíaco a fines de marzo?

La respuesta la podemos encontrar en el judaísmo.

La religión judía celebra el año nuevo en el mes de Tishrei. El primer día del mes, se festeja un nuevo año de la Creación Divina. Como agregado, se puede decir que, según el calendario gregoriano, la creación del mundo fue en el año 3761 a.e.c.

En la Torá se explica que el año judío comienza en el mes de Nisan: "Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año" (Éxodo 12:2). La razón es que en el mes de Nisan, el pueblo de Israel se liberó de la esclavitud de los faraones de Egipto (año 1313 a.e.c.).

Si trazamos un paralelo entre el calendario gregoriano y el hebreo, vemos que el mes de Nisan coincide con los meses de marzo o abril, según el año.

De aquí, comprendemos que, los signos zodiacales extraen su ordenamiento del calendario hebreo, pero lo utilizan en el calendario gregoriano.

Como es sabido, en el momento que el pueblo judío iba a recibir las Tablas de la Ley del monte Sinaí, Moshe estaba arriba del monte mientras abajo el pueblo hacía un becerro de oro. Algunos historiadores creen que se utilizo un becerro como idolatría, dado que ese día comenzaba el mes de Tauro.

¿Qué opina la religión judía acerca de la astrología?

El judaísmo entiende por astrología al estudio de los astros como reflejo de la Creación Divina. Y el resultado de este concepto, es tomarlos como algo importante.

En el Deuteronomio está escrito que está prohibido recurrir a adivinos, magia negra, hechiceros y convocadores de muertos, dado que se toma como Avodá Zará (idolatría). El versículo 18:9, muestra un precepto de prohibición de poner tiempos, llamando a este “Meonen” (pronosticador).

Rabí Shelomó ben Itzjak, (Rashi), explica que la prohibición es para las personas que dan tiempos propicios. Es decir, las personas que dicen que tal temporada es buena para tal cosa.

Rabí Moshé ben Maimón (Maimónides), en su compilación “Mishné Torá” – Sección Avodá Zará-, explica que “Meonen” es el que pone tiempos. El que, basándose en la astrología, dice tal día es bueno o malo para tal cosa.

En la antigüedad, era el pueblo caldeo quien había desarrollado mucho las ciencias de la astrología y astronomía, fundamentado en la idolatría a los astros. El pueblo judío, como descendiente de los caldeos, heredó esta tradición astrológica, pero no con el mismo fundamento, sino como dijimos anteriormente considerando a los astros creación de D-s.

En Génesis 15:5: El Patriarca Abraham descubrió en las constelaciones que no iba a tener descendencia y por este motivo, D-s lo llevó fuera y le dijo: “Mira, por favor, al cielo y cuenta las estrellas, si acaso las puedes contar. Así será tu descendencia."

Rashi, uno de los máximos comentaristas de la Torá, enseñó que cuando dice: “lo llevó fuera”, D-s le dijo: “Sal de tus especulaciones astrológicas, de eso que has visto en los signos zodiacales de que no tendrías descendencia. D-s lo puso por encima de las estrellas."

Rashi explica que, si bien están los que anhelan encontrar respuestas en las configuraciones astrales, el judío está por encima de ellas.

D-s dijo del pueblo judío: “Israel Lemala min amazal”. Esto significa que el pueblo de Israel se encuentra sobre el destino.

Como antes se mencionó, Rashi explicó que del versículo anteriormente mencionado, podemos aprender que D-s pone al judío en una situación de privilegio donde, aunque su suerte no sea la mejor, mediante sus buenas acciones (caridad, el retorno al camino de D-s y el rezo), puede cambiar su destino.

Además de la Torá, grandes Sabios han opinado sobre la astrología.

Maimónides (España 1135-1204), declaró al respecto de las adivinaciones y brujerías: "todas estas cosas son falsas y engañosas, son los métodos usados por los paganos de antaño para atraer personas a sus creencias." (Mishné Torá, Avodat Cojabim 11:16).

Rabí Iosef Caro (Israel 1488 -1575), dictaminó: "No se debe consultar a los videntes de estrellas o los que echan suertes" (Shulján Aruj, Ioré Dea 179:1).

En Deuteronomio (18:9 -13) está escrito: “Cuando entres a la tierra que el Eterno, tu D-s, te entrega, no aprenderás para hacer según las abominaciones de esos pueblos”. Agrega: “Integro serás con el Eterno, tu D-s“. Junto a estas palabras la Torá prohíbe todo tipo de actos en los cuales la persona trata de efectuar sus planes, conocer el futuro o decidir cuestiones de una manera anti-natural. D-s creó el mundo de una manera tal que la persona no necesite de medios.

Entendiendo que la religión judía permite el estudio de la astrología, no se puede considerar como un pecado o algo prohibido. Pero, nuestros Sabios explican que, existe una necesidad de encontrar el camino de la elevación personal y la permanente superación espiritual, a la que debe aspirar el judío para servir a D-s con amor y convicción.

Existen personas que necesitan recurrir a la astrología para conocer su destino, y de esta manera decidir cual será su forma de vida. Otras, deciden llevar una vida de buenos actos, para llegar a que se cumpla su destino.


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